Dircom: qué es y por qué
La primera vez que escuché el término Dircom fue en el 2010, para entonces la asociación en España, donde se originó, tenía 18 años y el concepto como tal había sido presentado en 1977 por Joan Costa en su libro La Imagen de la Empresa, como una integración de las comunicaciones.
Van a ser 40 años de una idea que va más allá de un departamento y que en algunos países aún es poco aprovechada. Del Director de Comunicación se dice que es el director de orquesta, el asesor, el guardián de la imagen empresarial, el gestor de los intangibles, se ha tratado de definir cuál es el perfil más apropiado para acceder a este cargo: un administrador, un periodista, un relacionista público, un marketero, un comunicador organizacional.
El concepto como tal nace de un autodidacta cuya profesión inicial es diseñador gráfico, cuya curiosidad por el conocimiento lo va llevando hacia la comunicación integrada. Lo importante es la preparación continua y la apertura a aprender, es lo que debe tener quien desee ser un DirCom.
Joan Costa lo define como “estratega y gestor de la política y la acción comunicativas; de los activos intangibles transformados en valores competitivos” (2010, p. 16, 17). Un estratega generalista polivalente, afirma.
Pero ¿qué hace un Dircom exactamente? “Es también quién tiene que velar por el incremento del capital de activos intangibles: la notoriedad, la marca, la imagen y la reputación corporativas”, señala la asociación Dircom en su decálogo; por lo que:
Diseña el plan estratégico de comunicación corporativa.
Planifica los temas y gestiona los mensajes claves que se entregarán a los públicos.
Identifica a los públicos de una organización.
Analiza las percepciones que estos públicos tienen sobre la organización.
Asesora a la directiva facilitando la información pertinente para la toma de decisiones.
Gestiona los intangibles empresariales (identidad) para proyectar la imagen que esperan formar en sus públicos.
Trabaja de forma coordinada con las áreas vinculadas a la comunicación para la consecución de los objetivos.
Comprende el negocio para poder comunicarlo.
Crea relaciones de valor con el público interno y externo.
Identifica y analiza los cambios externos que puedan afectar a la organización.
Por ello, debe tener conocimientos en:
Auditorias de investigación social y de comunicación.
Gestión de la comunicación corporativa:
Comunicación interna, externa y financiera
Responsabilidad socio empresarial.
Gestión de crisis: especialmente de manera preventiva, planificada y de gestión reactiva.
Comunicación digital.
Publicidad y relacionamiento con los medios y entidades públicas.
Planificación y proyección.
Es así que, tanto el Dircom como el área que lidera no es un servicio de emisión de mensajes sino de construcción de diálogos, puentes y nexos, por lo que debe contar con habilidades como:
Capacidad de análisis, síntesis y comunicación clara y oportuna.
Liderazgo.
Visión estratégica, para ver el todo y las partes.
Don de gente para crear relaciones efectivas y beneficiosas para ambas partes.
Capacidad para adaptarse a los cambios.
Proactivo, de actitud positiva creativa.
Orientado a la resolución de problemas.
Negociador.
Inteligencia emocional.
Finalmente, en su última visita a Ecuador para el Primer Congreso Iberoamericano Dircom, Joan Costa recalcó, a quienes hemos sido sus estudiantes, que un Dircom no es sólo aquel que está en un cargo directivo; todo se transforma y esta figura trasciende las paredes de una oficina para llevar la habilidad a los asesores, consultores y estrategas no dependientes de una empresa, pero que prestan sus servicios en pro de la comunicación integrada.
BIBLIOGRAFÍA
– Costa J. (2010): El DirCom hoy. Barcelona. Editorial Costa Punto Com.
– Asociación de Directivos de Comunicación (s.f.) El decálogo dircom. Recuperado de dircom.org
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